Tu iPhone recibirá una mejora en su rendimiento: Apple habría acordado con Google un contrato de mil millones de dólares para Gemini AI.
Apple está pagando un precio muy alto para abordar sus deficiencias en inteligencia artificial.
Según el último informe de Mark Gurman de Bloomberg, Apple está a punto de cerrar un acuerdo plurianual con Google por el que pagará aproximadamente mil millones de dólares anuales. A cambio, el modelo Gemini de Google proporcionará las capacidades de IA principales para la nueva versión de Siri.
El plan consiste en que Gemini gestione las funciones más importantes de resumen y planificación de tareas de Siri, mientras que otras funciones seguirán siendo gestionadas por los procesadores más pequeños de Apple. Una condición clave del acuerdo es que Gemini se ejecutará en los servidores de "Computación en la Nube Privada" de Apple, lo que garantiza que los datos de los usuarios nunca lleguen a los sistemas de Google. Por supuesto, este acuerdo no se aplicará a los usuarios de China continental, para quienes Apple preparará una solución independiente.
Esta enorme inversión sirve como una póliza de seguro crucial para garantizar la entrega oportuna de Siri, el sistema impulsado por inteligencia artificial.

La mejor opción de Apple en este momento
¿Qué gana Apple con este acuerdo? La respuesta es simple: tiempo. En su WWDC de junio de 2024, Apple presentó una nueva Siri con Apple Intelligence, que ofrecía una comprensión contextual mejorada, reconocimiento de la pantalla y funcionalidad entre aplicaciones. Sin embargo, su lanzamiento se ha visto plagado de retrasos, y algunas funciones clave no estarán disponibles hasta principios de 2026. Esta larga demora pone de manifiesto la debilidad de Apple en la tecnología de modelos de gran tamaño. Para superar esta limitación, Apple tuvo que buscar apoyo externo. Según los informes, el modelo Gemini de Google cuenta con 1,2 billones de parámetros, superando con creces los 150 mil millones de parámetros del modelo actual de Apple. Esta enorme diferencia de escala afecta directamente a la capacidad de razonamiento y la complejidad del modelo para gestionar tareas, la base fundamental para las funciones principales de la nueva Siri.

Aunado al desafío técnico, Apple sufre una grave fuga de talento en su equipo de IA. Desde julio, decenas de miembros clave se han marchado a la competencia, como Meta, OpenAI, Cohere y xAI. Esta crisis de confianza se debe a la cultura tradicionalmente hermética de Apple, que, si bien fue beneficiosa para el lanzamiento de productos, se ha convertido en un lastre en la era de la IA. Los investigadores tienen restricciones para publicar artículos, y la falta de colaboración en código abierto implica perderse la rápida evolución de la comunidad de IA en general. Con acceso limitado a recursos informáticos y datos restringidos por las políticas de privacidad, Apple no tuvo más remedio que buscar una solución externa.

¿Por qué Google y no la competencia?
Aunque Apple evaluó modelos de OpenAI y Anthropic, la elección de Gemini de Google parece inevitable en retrospectiva. En primer lugar, Google es potente y estable. Gemini 2.5 Pro es un modelo de alto rendimiento y, como gigante tecnológico con una completa plataforma de IA, Google cuenta con la infraestructura en la nube y los equipos de ingeniería de primer nivel necesarios para gestionar el inmenso volumen diario de solicitudes de Siri, una escala inalcanzable para las startups. En segundo lugar, ambas compañías comparten una larga historia de cooperación competitiva, desde Google Maps y YouTube en el primer iPhone hasta el acuerdo multimillonario para el motor de búsqueda. Esta relación de larga data fomenta un nivel de confianza que las empresas más recientes no pueden ofrecer.

Fundamentalmente, Google estaba dispuesto a ceder. Al aceptar ejecutar Gemini en los servidores de la nube privada de Apple, Google permite a Apple aprovechar su tecnología manteniendo el control sobre la privacidad del usuario, un aspecto crucial para Apple. Esta alianza también representa una evolución estratégica en su colaboración en materia de búsqueda. A medida que Siri se consolida como el nuevo punto de acceso a las búsquedas en los dispositivos, la tecnología de Google seguirá impulsando las respuestas, pasando de las búsquedas por palabras clave a las consultas conversacionales. En una situación donde Apple debía elegir un socio externo, Google fue el único que cumplió con todos los requisitos de tecnología, confianza, control y condiciones comerciales.

Un ahorro estratégico
El beneficio más directo de integrar Google Gemini es una probabilidad significativamente mayor de que Apple cumpla sus promesas a tiempo. Al adoptar un modelo potente y listo para usar, Apple obtiene una ventaja que sería imposible con sus propios recursos internos, dada su brecha tecnológica y la fuga de talento. Esta estrategia dual —usar Gemini para tareas complejas y sus propios modelos para las más sencillas— satisface las necesidades inmediatas del producto y, al mismo tiempo, le da a su equipo interno de I+D un tiempo valioso para ponerse al día. Esta integración es posible gracias a la arquitectura modular de la nueva Siri, diseñada para ser «plug-and-play», lo que permite el cambio fluido entre modelos de IA. Esta flexibilidad también es clave para soluciones específicas del mercado, como los socios alternativos de IA que Apple necesitará para China.

Sin embargo, esto no resuelve el problema de fondo. La clásica estrategia de Apple de "llegar tarde, pero mejor" siempre se ha basado en la premisa de que el progreso tecnológico es lineal, lo que permite que el tiempo se adapte y perfeccione la experiencia del usuario. La IA ha roto esta regla. La ventaja de ser pionero es significativa, ya que cada generación de modelos se basa en la anterior, lo que requiere un tiempo inmenso para la recopilación y optimización de datos. El acuerdo multimillonario le da a Apple, en esencia, un respiro. Es una última oportunidad para salvar la reputación de Siri antes de que se agote la paciencia de los usuarios, porque todos —desde el público hasta los propios ejecutivos de Apple— saben que queda muy poco margen de error.


























































