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Cuando la publicidad se encuentra con la realidad: La historia detrás de “Friend”, el compañero de inteligencia artificial

En los últimos dos años, hemos visto una oleada de dispositivos de IA llegar al mercado. Tras casi un año de gran expectación, Friend finalmente se lanzó, pero lamentablemente no ha cumplido con las expectativas.

Miradas que prometen, sensaciones que decepcionan

En teoría, y en imágenes, el dispositivo "Friend" parecía de primera calidad. Acabados suaves, iluminación cálida y un diseño futurista pero reconfortante. Pero una vez en la mano, los usuarios lo encontraron ligero, aunque no lo consideraron así: el tacto del plástico no encajaba con la imagen de gama alta que se veía en los anuncios. La primera impresión, en lugar de deleite, fue decepción.

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¿"Juguete emocional" o un dispositivo sobreprometido?

Comercializado como un compañero de inteligencia artificial que escucha y responde para aliviar la soledad , el argumento principal de Friend fue la empatía a través de la tecnología. ¿El truco? No habla. Los usuarios deben conectarlo a una aplicación de teléfono para obtener respuestas de texto. Reacciones tardías, respuestas con frases torpes y, a veces, incluso respuestas insensibles hicieron que el supuesto "juguete emocional" pareciera emocionalmente inaccesible.

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Apagar demasiado pronto

Aunque la batería oficial se anunciaba con 15 horas de duración , los usuarios que la probaron informaron que solo necesitaba unas cuatro horas antes de necesitar otra carga. El ciclo de recarga frecuente se convirtió en otro obstáculo para crear cualquier sensación de compañía.

Siempre escuchando, un poco demasiado de cerca

Aunque el fundador aseguró que "los datos se procesan localmente", los usuarios pronto descubrieron que el micrófono siempre está activo, captando continuamente el sonido ambiental. La política de privacidad permite el uso de datos para "mejoras del producto", lo que generó inquietud en muchos. La pregunta no era solo qué escuchaba Friend, sino quién más podría hacerlo .


Lo que revela la reacción

Poder tecnológico vs. experiencia del usuario

Las dificultades de Friend ponen de relieve una tensión común en el mundo del hardware de IA: software ambicioso que se ejecuta en hardware de baja potencia. Un modelo potente basado en la nube no puede salvar un micrófono débil, una conectividad lenta ni una batería de corta duración. Es un recordatorio de que el diseño inteligente no es solo código, sino artesanía.

Cuando el compañerismo cruza una línea

El discurso del producto —"combatir la soledad" —la psicóloga Sherry Turkle lo llama "Solos Juntos"— nos lleva a revisar constantemente nuestros estados, pero rara vez entablamos conversaciones profundas; tenemos cientos de "amigos", pero no encontramos a nadie con quien hablar a altas horas de la noche, lo que invita a una reflexión más profunda. ¿Puede un algoritmo satisfacer realmente las necesidades emocionales humanas? ¿O ofrece una ilusión reconfortante que impide que las personas forjen conexiones genuinas? La IA emocional es una idea poderosa, pero sin una base ética, corre el riesgo de generar dependencia en lugar de apoyo.

Vender una historia en lugar de una solución

Los creadores de Friend invirtieron millones en marketing —desde un nombre de dominio de 1,8 millones de dólares hasta llamativos anuncios en el metro de Nueva York—, creando una historia de innovación e intimidad. Pero cuando el producto se quedó corto, también lo hizo la confianza del público. ¿La lección? En tecnología, prometer demasiado no solo perjudica las ventas, sino que también erosiona la confianza en toda la categoría.


La comida para llevar

El ascenso y la caída de Friend nos recuerdan una verdad simple: la tecnología debe satisfacer las necesidades humanas, no simularlas. Los desarrolladores deben a los usuarios un rendimiento real y una privacidad absoluta. Los consumidores, a su vez, deben abordar la "IA emocional" con curiosidad y cautela. La línea entre una herramienta reconfortante y una ilusión digital puede ser más delgada de lo que creemos.

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